lunes, 9 de diciembre de 2013

Los caminos del Amor

Son las once de la mañana de un día soleado de verano; afuera la ciudad vive su frenético laberinto cotidiano; en el interior de la habitación, en la penumbra que débilmente alumbra la luz que se filtra a través de la celosía de una ventana que se abre hacia el interior de un área de ventilación, se dibuja la silueta de una joven mujer que yace lánguidamente, desnuda, sobre la cama del motel.

Su pelo oscuro como la luz de la habitación, se desparrama sobre la pequeña almo-­‐ hada entre rizos y perfume de shampoo. Tenuemente el perfil de sus caderas se dibujan mientras ella yace recostada sobre su costado derecho, en contraluz de la ventana. Como un suculento melocotón, sus nalgas exuberantes invitan a la repetición desenfrenada de nuevas experiencias de la locura del amor.

Ha pasado ya una hora desde que se inició el encuentro de sus pasiones, y mientras él camina saliendo del baño, se detiene a contemplar el regalo personalísimo que la vida le ha entregado generosamente en forma de una bella y joven mujer.

Imposible no permitir que un tumulto desbordado de pensamientos inunde su mente al recordar que desde hace siete años ha sido suya. Cada instante vivido a su lado se recrean claramente a su mente. Desde la inesperada y tímida experiencia de la primera vez que, a manera de asalto, sucedió furtivamente en un toilet, hasta las mas osadas y cada vez nuevas experiencias en las distintas variaciones que el sexo con la mujer que se ama se pueden concebir.

Han sido siete años de altos y bajos de una relación que se proyectaba como “tormentosamente estable” sin presentir, de ninguna, manera su inminente y traumático final.

Ya va siendo el medio día y, sin presentir el futuro, el uno al otro se prometen como siempre, una eterna fidelidad. Mientras se salen de cause sus contenidos deseos que ahora, desbordados, inundan la habitación con los sonidos de la pasión, lentamente y sin detenerse, el tiempo marca su tic tac.

Tal ves este sea su último encuentro, su última expresión de amor. Tal ves nunca vuelvan a expresarse en el idioma sin sintaxis, de la pasión.


Carlos Vergancha Del Coito (El Rurro)

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